No existen personas realmente malas.
O son enfermas, o simplemente ignoran la ley suprema de que recibimos aquello que damos.
El enfermo requiere curación.
El que hace el mal necesita la luz.
Pero no podemos, de ninguna manera, obrar con odio y maldad.
Esfuérzate por dar a los demás la enseñanza de tu ejemplo, para que entienda que la maldad es una situación transitoria.
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